60 años de mediciones de ozono en Argentina: una contribución clave para proteger la atmósfera | Servicio Meteorologico Nacional.

60 años de mediciones de ozono en Argentina: una contribución clave para proteger la atmósfera

En el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, el SMN celebra 60 años de mediciones en Buenos Aires, una tarea pionera en Sudamérica que hoy sigue aportando datos clave para la ciencia y la protección ambiental.




Hoy, 16 de septiembre, se conmemora el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, una fecha instaurada por las Naciones Unidas para recordar la firma del Protocolo de Montreal en 1987. Este acuerdo internacional, considerado uno de los más exitosos en materia ambiental, permitió reducir de manera significativa el uso de sustancias que dañaban la capa de ozono y evitó su colapso.

Este año, además, el mundo celebra el 40° aniversario del Protocolo de Montreal, pero en nuestro país la efeméride tiene un valor especial: el Servicio Meteorológico Nacional cumple 60 años de mediciones continuas de ozono en Buenos Aires.

Una historia que comenzó en 1964

En octubre de 1964, el SMN adquirió un espectrofotómetro Dobson, un instrumento diseñado para medir la concentración total de ozono en la atmósfera. Fue el segundo equipo de este tipo en Sudamérica, después de Perú, y marcó el inicio de una red de monitoreo que ubica a la Argentina entre los pioneros de la región.

Tras un año de pruebas y calibraciones, en 1965 comenzaron oficialmente las campañas de medición en Buenos Aires, integrándose así a la red mundial de observación de ozono. Desde entonces, nuestro país aporta información clave para el seguimiento y la vigilancia de este escudo natural que protege la vida en la Tierra de la radiación ultravioleta.

Ciencia y cooperación internacional

El compromiso con la medición y el monitoreo del ozono se volvió aún más relevante en los años 80, cuando los estudios de los científicos Mario Molina, Frank Sherwood Rowland y Paul Crutzen demostraron que ciertos compuestos químicos, como los clorofluorocarbonos (CFC), estaban dañando gravemente la capa de ozono. Su trabajo les valió el Premio Nobel de Química en 1995 y dio impulso a la acción global que desembocó en el Protocolo de Montreal.

Ese esfuerzo internacional, acompañado por la información recolectada en estaciones como la de Buenos Aires, permitió revertir la tendencia negativa y sentar las bases para la recuperación paulatina de la capa de ozono.

Hoy, seis décadas después, el SMN continúa con la tarea de monitorear y vigilar el estado de la atmósfera desde sus estaciones de observación. Los datos obtenidos en Buenos Aires no solo se utilizan en el ámbito nacional, sino que también se comparten con organismos internacionales, fortaleciendo la cooperación científica y la protección ambiental.

La historia de estos 60 años demuestra que la medición constante y el compromiso sostenido son fundamentales para anticipar riesgos y construir políticas públicas efectivas. La preservación de la capa de ozono es un ejemplo de que la acción conjunta de la ciencia, los gobiernos y la sociedad puede dar resultados concretos en beneficio del planeta.

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